Los últimos meses han sido especialmente activos con la entrada en el mercado español de varias firmas del denominado speedy delivery, o servicios de e-commerce de alimentación de entrega ultra-rápida. Con los bolsillos llenos por sus recientes rondas de inversión, los operadores de esta categoría han acelerado sus planes de expansión. Vivimos una versión 2.0 del boom del delivery que mueve su foco del saturado mercado de la restauración al del e-grocery. En apenas unas semanas hemos sido testigos de cómo la barcelonesa Blok era absorbida por la turca Getir (nacida en febrero de este mismo año), y cómo nuestras ciudades -Madrid, Barcelona, Valencia, Marbella, Alicante, Murcia, Ibiza, Málaga, Oviedo, Vigo, Bilbao, Zaragoza, Alicante, Sevilla, Granada y Mallorca- se poblaban de almacenes fantasma y apresurados repartidores de Dija, Blok, Freshnau o Gorillas.
Mientras los riders se afanan por entregar sus pedidos en los 10 minutos de rigor, la carrera de estos nuevos entrantes busca batir a la referencia hasta la fecha del speedy delivery, Glovo, y hacerse con una porción del mercado mayoritaria, que justifique su presencia en el mercado. La partida no ha hecho más que comenzar, en un juego en el que no suele haber hueco para más de 1 o dos jugadores. Tal y como hemos visto con la renuncia de Deliveroo al mercado español, «the winner takes it all». Los próximos meses serán clave para comprobar cómo juega cada uno sus bazas -y sus millones. Y cómo se despejan alguna de las siguientes incógnitas:
- ¿Hasta qué punto penetrará el speedy delivery entre los consumidores? ¿Llegará a convertirse en el nuevo estándar del comercio electrónico de alimentación esta nueva forma de conveniencia? ¿Desaparecerá el efecto Covid-19 en los hábitos de consumo?
- ¿Hay hueco en el mercado para tantas compañías? ¿Cuándo comenzará el baile?
- ¿Es un modelo de negocio rentable, sostenible, teniendo en cuenta los estrechos márgenes del sector, las tarifas aplicados hasta la fecha, y el marco regulatorio inaugurado en nuestro país?
- Damos por hecho que, de momento, están quemando recursos para apoyar sus estrategias de rápido crecimiento. Pero, ¿qué cuota de mercado, nivel de penetración, capilaridad, recurrencia y ticket medio deben alcanzar para lograr la rentabilidad? ¿Qué políticas de márgenes y precios tienen que aplicar a sus proveedores? ¿Serán semejantes a las de un retailer tradicional?
- Tras rondas de cientos de millones de euros, cuánta munición adicional en forma de inversión necesitarán para lograr este objetivo? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los inversores en esta nueva fiebre del delivery? ¿Por qué?
- ¿Plantillas de repartidores y pickers propias o en modo staff on demand (subcontratadas)? Ambos formatos conviven, ¿cuál es el más adecuado para un modelo basado en la ultra-rapidez? ¿Serán capaces de diseñar un modelo eficiente, flexible, compliant, y justo para todas las partes? ¿Qué papel jugarán los partners de logística de última milla como Deelivers?
- ¿Cómo se desarrollarán los algoritmos destinados a gestionar y optimizar las operaciones? ¿Será la tecnología la clave para puntuar en esta carrera, o lo será el manejo del dato y la interpretación de los cuadros de mandos, la capacidad de leer las tendencias y anticipar el comportamiento de los usuarios? ¿Hay algún avance significativo que permita aventurar una ventaja competitiva realmente diferencial?
- ¿Cuál será el efecto en los retailers tradicionales que todavía están digiriendo el trago del Covid-19 en sus sistemas de comercio electrónico? ¿Y en el mercado de Real State de las ciudades? ¿Y en los planes urbanísticos y de modelo de ciudad de los ayuntamientos…?
- ¿Supondrán una oportunidad para otro tipo de productos y/o proveedores (locales, de cercanía, artesanos, innovadores), que tienen un acceso más complicado a los lineales de las grandes cadenas?
- ¿Cómo podrán los operadores «ayudar» a los proveedores gracias la cantidad de datos acumulados?
- ¿Cuándo llegarán los modelos de suscripción premium?
- En un modelo de negocio ya conocido, ¿pueden incorporar otras fuentes de ingresos adicionales por servicios de marketing, posicionamiento, o incluso medios de pago que apuntalen la búsqueda de la rentabilidad?
Hagan juego, señores y señoras…