Recientemente he tenido la oportunidad de asistir en Madrid al #SouthSummit14. Aunque se define como un encuentro para StartUps, mi impresión es que es algo más que eso. Evidentemente hay un concurso de pequeñas empresas y emprendedores luchando por que su idea gane uno de los premios, y lo que es más importante, consiga la atención de los deseados inversores.
En primer lugar es un ejemplo de emprendimiento en sí mismo. @Spain_Startup, lo ha demostrado con la organización de este fabuloso tinglado. Una empresa que nació hace apenas dos años con el empeño de crear un caldo de cultivo adecuado para el emprendimiento, y ha sido capaz crear una receta con los ingredientes imprescindibles: emprendedores, inversores nacionales e internacionales, patrocinadores, instituciones y un buen puñado de público entregado.
En segundo lugar, es un ejemplo de que en España, o en el Sur, como reza el nombre del evento. Hay talento. Y hay espíritu. No sé si menos o más que en otros puntos del planeta. Pero «haberlo, haylo» y en los más variados ámbitos, high tech, bio-tech, energía, alimentación, educación, economía social, y hasta del arte de tricotar. Claro, además de talento son necesarios otros ingredientes que sustenten el espíritu y el entusiasmo, como perseverancia, trabajo, mucho análisis e investigación –como subrayaba Ferrán Adriá- ; y también apoyo para que los proyectos no mueran de inanición en el intento. Pero no solo dinero: acceso a herramientas, formación, mentoring, consultoría, divulgación… Ese es el menú que eventos como éste ayudan a conformar.
La presencia de un referente como Eric Schmidt –Presidente Mundial de Google- pero sobre todo, su anuncio de crear un Camus Google en Madrid, es una muestra del reconocimiento externo de España como lugar idóneo y atractivo para emprender y para invertir en lo que aquí se cuece. ¿Más o menos que otros lugares…? ¿Por el talento o por el clima…? ¿Incipiente solo…? ¡Qué más da! Lo importante no es de dónde partimos, sino hacia dónde vamos. Y como intentaba convencernos Martín Varsavsky, el camino no ha de pasar necesariamente por Silicon Valley.
Y como cierre, una “lucha” de talento innovador consolidado. Dos orígenes, dos estilos…
Ferrán Adriá es cocinero. Es el genio concentrado, da gusto oírle, y yo personalmente, no me canso nunca. Representa la vanguardia, y, jamás deja de compartir su estrategia para no morir en el intento. (Él mismo definió la vanguardia como “los que van a morir”). Ferrán es pasión, habla desde las entrañas, desde las vísceras. Desde la modestia de “lo que a mí me funciona” pero con la seguridad de quien sabe que a él le ha funcionado. No necesita papeles en la mano porque lo ha pensado todo tanto que su discurso fluye como una fuente en primavera. Pero Ferrán también es análisis, es visión de futuro, es definición de objetivos, es medición del timing. Ferrán es un ingeniero de la creatividad. Su obsesión no es solo no copiar, es documentar y ordenar el conocimiento para entenderlo, asimilarlo y construir a partir de ahí; son los procedimientos, la auditoría, los mapas y la taxonomía. Empezó con la tortilla de patata, pero no ha parado de deconstruir, para seguir construyendo. La cocina se le queda pequeña, ahora, desde la Fundación se atreve también a decodificar los procesos de otras disciplinas creativas como el diseño o el cine…
Eric Schmidt siempre ha sido ingeniero. Y su leit motiv es buscar soluciones a problemas. Y los buscadores hace tiempo que se le quedaron pequeños. La compañía que lidera tiene los ojos puestos en el transporte y los vehículos sin conductor, la biotecnología y la salud, la ingeniería de tejidos, el uso de Big Data para crear ciudades más eficientes, para hacer los recursos más disponibles o evitar su despilfarro. Sin soltar los papeles y con un estilo pausado, cerebral, describe, sin embargo, una visión apasionante del futuro en el que “internet llegue a todo el mundo como un bien común, como la electricidad o la cultura y que sea más fácil de utilizar que un cepillo de dientes”.
El listón está muy alto. El reto es mantenerlo así en la próxima edición. Pero hay cantera de sobra. Porque como dijo @javiersantiso, ¡España tiene Duende!
Nota: si no pudiste asistir, ya es posible ver los vídeos del evento aquí.