Uno de los grandes desafíos de la investigación en ámbito de la agricultura busca resolver el reto de alimentar a una población en aumento y cuyo consumo de alimentos por individuo es a su vez creciente. Una de las vías de investigación trabaja en encontrar maneras de aumentar la productividad de la tierra mediante la aplicación de diversas tecnologías. Múltiples líneas de trabajo agrupadas bajo el concepto genérico de AgTech, una de las disciplinas que se integran en ese concepto más amplio de TechFood o FoodTech, y que es el núcleo de esta revista.
Las propuestas son amplias y diversas siendo una de ellas la utilización de máquinas avanzadas e inteligentes que permitan incrementar la productividad de cada unidad de tierra disponible para el cultivo. Es en este entorno donde la robótica está emergiendo como una de las herramientas que puede ayudar a resolver la problemática.
Un ejemplo es Prospero, prototipo funcional de lo que se denomina AMP o Autonomous Micro Planter. Este robot, diseñado hace ya unos años por el ingeniero de Iowa David Dorhout, utiliza teorías de colaboración y de juegos para crear enjambres de plantadores. Es el inicio de lo que en un futuro podría llegar a ser un robot que pueda plantar, cuidar y recolectar de forma completamente autónoma.
El cuerpo de Prospero está diseñado por Lynxmotion y está programado para caminar de forma autónoma en cualquier dirección, evitando objetos sin girar el cuerpo. Un conjunto de sensores bajo el cuerpo permite que el robot sepa si hay una semilla plantada en un determinado espacio y la con profundidad óptima. Si no, el robot es capaz de cavar un agujero, plantar una semilla en el mismo, cubrir la semilla con tierra y aplicar cualquier fertilizante y/o herbicida necesarios.
Se comunica de forma inalámbrica con el resto del enjambre para optimizar la eficiencia de la siembra, indicando a los robots cercanos si necesita ayuda en su zona o dando orden de seguir adelante.
Los retos que plantea la robótica aplicada al campo, no solo desde el punto de vista tecnológico son importantes: aspectos sociales, laborales económicos, etc. Pero el desafío al que intentan responder quizá es todavía más preocupante. Como en todo avance tecnológico, lidiar con el impacto de las innovaciones será parte de las tareas y responsabilidades que conllevan.