Damos por asumida la participación de robots en la industria de la alimentación en fábricas o grandes almacenes logísticos. Pero quizá a lo que no estamos tan acostumbrados es a verlos en acción para preparar nuestra propia comida. Pues ya comienza a ser una realidad en algunos restaurantes y, quizá en un futuro, en nuestra casa.
Toyako Robot Ramen es un restaurante de ramen (la popular sopa japonesa) ubicado en Shanghai. Sus chefs son Koya y Kona, los dos robots capaces de preparar un tazón de ramen en 90 segundos. Los responsables de Toyako han invertido 154.000 dólares en estos chefs robóticos, aunque la gran atracción que generan y el interés por esta experiencia les permite, de momento, cobrar la ración de ramen a un precio premium (58 yuanes por taza, o $8.80 dólares, que es el doble del precio de una cadena local popular).
Otro ejemplo, enfocado a la optimización de procesos y costes es la máquina de hamburguesas de Momentum Machines que es capaz de preparar hasta 400 de estos bocadillos en una hora. Las instalaciones robóticas de esta compañía no se especializan solo en hamburguesas, sino que también pueden cocinar ensaladas, sandwiches y otro tipo de preparaciones con varios ingredientes. Su objetivo, cambiar radicalmente la industria fast-food. Ya existen otros ejemplos de restaurantes en los que la automatización busca reducir costes y generar experiencias de consumo alternativas, como Eatsa. Aunque en este caso se centra más en la fase de comanda y entrega, mientras que la preparación sigue estando en manos humanas.
Quizá más de uno quisiera llevarse a Kona o Koya a su casa… Bien, si tienen un poco de paciencia, quizá puedan permitirse instalar toda una cocina robotizada capaz de cocinar como un auténtico chef. Y no es broma, la compañía Moley Robotics ha desarrollado este proyecto que compuesto por una cocina de avanzado diseño que incluye dos brazos robóticos que reproducen todas las funciones de las manos humanas, con la misma velocidad, sensibilidad y movimiento. Para ello, se han basado en las habilidades de Tim Anderson, ganador de la edición británica de Master Chef, el reality show de cocineros profesionales. Todos sus movimientos fueron grabados en el sistema para ser reproducidos fielmente por las manos robóticas.
La versión doméstica de esta cocina robótica verá la luz en 2017 y nos permitirá incluso, cocinar en remoto desde el móvil. De momento desconocemos si hay lista de espera…
Quienes quizá no lo vean con tanto optimismo sean los empleados de algunos de estos sectores que ven como sus puestos de trabajo peligran. Menos camareros, menos cocineros, y también menos operarios de labranza. Otro sector en el que las máquinas están entrando con fuerza para dar soporte en las tareas agrícolas más pesadas.
La compañía australiana SwarmFarm Robotics tiene previsto lanzar este mismo año la primera generación de sus robots agricultores. Una suerte de tractor ligero capaz de trabajar 24/7 y preparado para eliminar las malas hierbas o desbrozar, abonar, regar, cosechar y hasta controlar los insectos.
Otra línea de innovación importante en el sector agrícola es la puesta en marcha de cultivos hidropónicos y aeropónicos en entornos controlados. Este tipo de instalaciones, en las que todos los parámetros con controlados al milímetro, son un entorno adecuado para la automatización de muchas de sus tareas. Prueba de ello es la primera planta agrícola completamente automatizada del mundo anunciada por la compañía japonesa Spread y que comenzará a funcionar en 2017. Esta factoría está dotada de robots que manejarán todo el proceso, desde el semillero hasta las cosechas. Según los cálculos de la compañía, esta mecanización les permitirá producir 30.000 lechugas diarias. Aunque su intención es ir mucho más allá, y alcanzar las 500.000 lechugas al día en cinco años.
Según un estudio realizado por la Universidad de Oxford, en torno a 700 profesiones serán reemplazadas por máquinas en 20 años. Los robots podrían desempeñar las tareas en las que hoy trabaja el 47% de la Población Económicamente Activa. Esto significa que se podrían perder más de 1.600 millones de puestos de trabajo. La agricultura, las tiendas, los cafés o los restaurantes son algunos de los sectores en los que la disrupción tecnológica puede tener un mayor impacto. Se impone el reciclaje hacia otro tipo de especializaciones.
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