Con 7.900 millones de dólares, la inversión en foodtech durante 2024 insinúa un leve repunte en comparación con los siete últimos trimestres de descensos, según el informe de Digital FoodLab. Si los flujos de capital se mantienen en este nivel, la proyección para final de año podría alcanzar los 16.000 millones de dólares, superando los 15.100 millones de 2023, pero todavía en niveles de 2016 y muy lejos del histórico pico de 2021 (54 millones de dólares).
Si bien estas cifras se pueden interpretar como un repunte de la inversión, el informe de la consultora francesa también llama la atención sobre el peso en este periodo de las operaciones en fases avanzadas (late-stage), que en seis meses han alcanzado casi los niveles de todo 2023. Los mínimos marcados por las inversiones en fases tempranas (menos de $700 millones en 2024 vs. $2.000 millones en early-stage) podría poner en riesgo la cantera que nutre el futuro del ecosistema foodtech.
Mantienen buenos niveles de inversión las categorías de al principio de la cadena (upstream), especialmente en AgTech (donde hay un marcado apetito por las soluciones sostenibles como los bio-inputs o las que reducen la emisiones de GEI), y en el segmento de transformación, especialmente en Food Science (28%) tanto en el campo de las proteínas alternativas como de nuevas marcas y productos. Aunque ceden algo de terreno respecto al delivery, que había alcanzado su mínimo histórico en 2023 con un 21% de la inversión, también remonta hasta el 39%.
En este escenario, cobra cada vez mayor protagonismo la actividad inversora de la propia industria que busca en las startups ampliar sus capacidades y alcance de innovación. Por regiones, Europa crece a costa de Asia, que cede algo de protagonismo aunque mantiene potencias como China o Asia solo por detrás de EEUU, que mantiene el liderazgo.
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