Así como las dark kitchen llegaron para quedarse, todo apunta a que sus hermanas, las dark stores, también lo harán. Glovo lo tiene muy claro y acaba de llegar a un acuerdo con el fondo inmobiliario suizo Stoneweg para consolidar y aumentar la infraestructura que constituye su red de “tiendas oscuras”.
Stoneweg invertirá cien millones de euros en la construcción, compra y reforma de espacios destinados a grandes almacenes en las principales ciudades donde opera Glovo y este los alquilará para tener los productos en un mismo lugar y más cerca de su clientela. De esta forma, el grande de las delivery apps busca reforzar el Q-commerce (comercio rápido), que en su caso adopta la forma de servicio de entrega veloz por el que apuesta con fuerza últimamente. Teniendo los productos de terceros en estos almacenes ubicados en el centro de la ciudad, hace que el proceso sea ultra rápido y que los mensajeros puedan llegar a destino en menos de 30 minutos. El consumidor prioriza cada vez más el ahorro de su propio tiempo y prefiere no hacer las compras en persona, una tendencia al alza en épocas del Covid-19 –Glovo experimentó en 2020 una tasa de crecimiento de más del 300% interanual- que se estudia muy de cerca.
Stoneweg invertirá €100m en espacios destinados a grandes almacenes en las ciudades donde opera Glovo
El enfoque de las dark stores y la inmediatez del servicio no se presenta por parte de Glovo solo como una ventaja para el cliente sino también B2B alegando que, gracias a las nuevas tecnologías y una infraestructura sumamente eficiente, los consumidores estarán conectados con una amplia variedad de productos tanto de grandes empresas como de comercios locales independientes que quizás no contaban con tanto alcance. Sin embargo, en la lista de socios siguen a la cabeza los grandes: Carrefour, Continente, Kaufland -propiedad del Grupo Schwarz junto con Lidl-, Unilever, Nestlé o L’Oreal son algunos de ellos. Queda demostrado que no solo de comestibles trata el asunto: dentro de su plan para consolidar el Q-commerce hay una amplia gama de productos que va desde juguetes, música, libros y flores hasta productos de cosmética o farmacéuticos. Incluso en algunas ciudades, Glovo cuenta con una selección de productos pequeños de Ikea que podrían caber sin problema en la mochila de un mensajero.
El objetivo para finales de este año es contar con alrededor de 100 dark stores y el foco está puesto en España, Portugal, Italia y Rumania, con intención de ampliarlo a otros países europeos. Glovo ya cuenta con 18 tiendas en el mundo en ciudades como Barcelona, Madrid, Lisboa y Milán, y ahora Valencia, Roma, Oporto y Bucarest, entre otras, están en su punto de mira.
“Estos son los países en los que Glovo y Stoneweg tienen una mayor presencia, y por tanto en los que son capaces de moverse con mayor rapidez a la hora de instalarse”, declaró una portavoz de Glovo para TechCrunch. La intención de volverse cada vez más fuerte en Europa del Sur y del Este quedó clara cuando Glovo vendió sus operaciones en Latinoamérica por 272 millones de dólares a su rival Delivery Hero en septiembre del año pasado para centrarse en el continente europeo.
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