Fundada en 2021 por tres biotecnólogos y científicos israelíes en el seno de The Kitchen Hub, Forsea ha desarrollado una tecnología propia de cultivo celular para producir una alternativa a la anguila. Esta tecnología patentada está basada en la técnica de los organoides, y, según nos cuentan, permite diseñar un filete de pescado exactamente como crece en el pez, es decir, en una estructura tridimensional, sin cultivar los tejidos grasos y musculares por separado. Esta técnica se salta la fase de andamiaje (“scafolding”, en la que las células cultivadas independientemente se incorporan a una estructura) y tiene unos procesos más sencillos que requieren menos factor de crecimiento y menos biorreactores. Por ello, se considera más eficiente y más cercana al mercado que otras técnicas. Si además pensamos que su objetivo no es tanto posicionarse como una marca de pescado cultivado, sino como una plataforma tecnológica para desarrollar cualquier tipo de producto marino, la musica comienza a sonar celestial a oídos de los inversores. No en vano, apenas un año después de su nacimiento ha cerrado una ronda de $5’2 millones que le permitirá inaugurar sus nuevas instalaciones de I+D donde acelerar el desarrollo de su primer producto, basado en la anguila, y comenzar la investigación sobre otras especies. Hablamos con Roee Nir, biotecnólogo, CEO y cofundador de Forsea sobre las particularidades de su tecnología, su potencial de mercado y sus planes de desarrollo.
Solo en Japón, donde se paga a unos $70/kg en el mercado mayorista, tiene un valor potencial de $8.000 millones.
Forsea se enmarca en la emergente tendencia de desarrollar alternativas al pescado y al marisco mediante cultivo celular. ¿Por qué han elegido este campo?
Somos conscientes de la creciente escasez de pescados y el daño que la sobrepesca provoca en los mares. Por otra parte, hay un consenso científico en cuanto a que la acuicultura no es tampoco la solución, por los problemas ambientales o de calidad que también presenta. Por ello, pensamos que lo que realmente puede resolver este problema de falta suministro es el cultivo de pescado y marisco, porque genera un producto similar al pescado salvaje, de forma consistente y libre de contaminantes.
La técnica de organoides tiene procesos más sencillos y rápidos que requieren menos factor de crecimiento y biorreactores
¿En qué se diferencia la aproximación de Forsea de otras propuestas de pescado cultivado?
La práctica común en cell-based se centra en producir células de diferentes tipos de tejidos (músculo, grasa, conectivo) mediante diferenciación dirigida. Pero estas técnicas son muy caras y es más difícil que lleguen al mercado.
Forsea ha desarrollado una tecnología propia que le permite crear las células, no individualmente, sino en grupo, como si fueran ladrillos que contienen diversos tipos de células (músculo, grasa, etc.). Para ello, utilizamos la técnica de organoides con células pluripotentes que ya se usa en la industria de la biomedicina.
¿Qué ventaja tiene esta técnica de organoides?
Estos organoides se comportan como si fueran embriones. Nosotros les aportamos desde fuera la nutrición y la señalización correcta y, gracias a su capacidad natural de multiplicación, son capaces de crecer autónomamente como si fueran tejidos, desarrollando fibras de músculo y grasa. Y esto tiene varias ventajas importantes: no necesitan los scaffolds para crear una estructura, su capacidad de crecimiento es notablemente más rápida, y se necesita una cantidad mucho menor de factor de crecimiento. Además el proceso de producción se simplifica ya que no necesitamos cultivar células por separado para luego incorporarlas en una estructura. En definitiva, más escalabilidad y menor coste.
¿Qué impacto tiene esto en términos de precio?
Esta mayor eficiencia y reducción de costes por la ausencia de scafolds y menor uso de factores de crecimiento nos permitirá acercarnos mucho a la deseada paridad en precio y tener una mejor viabilidad comercial que otras soluciones.
¿Por qué Forsea ha elegido la anguila?
Queríamos especie que estuvieran amenazadas, que no pudieran criarse en cautividad y con un amplio mercado. Cuando encontramos la anguila, nos impresionó por el enorme potencial que tiene. Además, se trata de un animal realmente único con unas características biológicas muy particulares que lo hacen único.
Hay un enorme desfase entre la oferta y la demanda de anguilas que la acuicultura tradicional no puede cubrir.
¿Háblanos más de ese mercado potencial?
La demanda de anguilas en el mercado es enorme. Por ejemplo, en 2000, los japoneses consumieron 160.000 toneladas. Pero debido a la sobrepesca y al aumento de los precios, el consumo se ha reducido a sólo 30.000 toneladas. Solo este mercado, donde se están pagando precios en el mercado mayorista de unos $70 el kilo, tiene un valor potencial de $8.000 millones. Europa tiene un potencial de mercado de $1.000 millones de dólares que no se puede satisfacer porque la especie ha disminuido entre un 90% y un 95% y se considera en peligro crítico. Entre tanto, se mueve un comercio ilegal de crías de anguila valorado en $4.000 millones. Para agravar el problema, Europa ha prohibido la exportación de cualquier tipo de producto de anguila. Así que es una oportunidad de mercado gigante.
¿Cuál es vuestro modelo?
Nosotros no pretendemos ser una empresa de pescado cultivado, sino una plataforma tecnológica que se puede usar para producir cualquier tipo de pescado. Nuestro primer producto es la anguila, pero ya estamos trabajando en otras especies.
Estamos más cerca de la paridad en precio y del mercado que otras soluciones cell-based
¿Cuándo podrá ser comercial el producto?
En lo que se refiere a piezas completas, que es nuestro objetivo, speramos que entre 2025 y 2026. Antes, probablemente dispongamos de algún tipo de productos híbridos.
La ronda de $5’2 millones cerrada en octubre os ayudará en ese objetivo.
Sí, nos permitirá aumentar el equipo para desarrollar una prueba de concepto. También tenemos previsto trasladarnos en 2023 a unas nuevas instalaciones de I+D con capacidad de producción a escala de laboratorio en Israel – to create a preliminary design for a large-scale alpha production system, and to launch the company’s first products.. Más adelante, cuando hablemos de producción a escala industrial probablemente tengamos que estár más cerca del mercado objetivo.
Entre los participantes de la ronda se encuentran firmas Target Global, The Kitchen FoodTech Hub, donde nacisteis; PeakBridge VC; Zora Ventures; FoodHack, and Milk & Honey Ventures.¿Qué os aportan?
Nuestro lead investor es un VC global de más de $3.000 millones. Y somos una de sus dos únicas inversiones en alimentación, lo que lo convierte en un partner muy interesante. Por su parte, otros fondos especializados, como Peakbridge VC, nos aportan su fuerte especialización en el mundo foodtech, tienen conocimiento, experiencia, otras inversiones interesantes en el sector, además de muy buenas relaciones de las que podemos beneficiarnos. Es un inversor muy fuerte para nosotros.
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