Casi la mitad de las 8’2 millones de toneladas de plástico que se fabrican en Europa se destina al envasado de alimentos1. De hecho, la industria alimentaria europea puede llegar a producir en un año más de 1’13 trillones de artículos de embalaje2. Es el equivalente al peso de 6 millones de coches nuevos. En general, la industria del plástico es responsable de entre un 30 y un 40% de las emisiones3. Datos como estos dan dimensión al enorme reto que supone la búsqueda de envases sostenibles. Objetivo que ha cobrado relevancia en los últimos años, por la demanda del consumidor – más consciente del plástico – y por la entrada en vigor de un nuevo marco regulador y administrativo.
La prohibición de los plásticos de un solo uso – que en España ha entrado en vigor en 2021 – y la Estrategia Europea del Plástico, cuyo objetivo es establecer una economía circular para que diseño y producción respeten plenamente las necesidades de reutilización, reparación y reciclado, así como desarrollar y promover materiales más sostenibles, son dos hitos recientes y significativos en esta línea.
Es más barato de producir, su versatilidad permite casi infinitas configuraciones de diseño, es ligero, es transparente, altamente termosellable, se puede impermeabilizar… Son solo algunas de las características que hacen del plástico se haya impuesto sobre otros materiales tradicionalmente utilizados en conservación, como vidrio o el metal. La cara b es su alto impacto ambiental, agravado por la sobre-utilización, por la complejidad a la hora de reciclarlo – especialmente los plásticos multicapa – y por una gestión todavía insuficiente.
La realidad es compleja. Puesto que el plástico ofrece valiosas capacidades funcionales para la conservación de productos alimentarios que no son fáciles de replicar con otros materiales. El reto está en encontrar alternativas de envases sosetenibles que permitan conciliar una conservación óptima con garantías de salud y seguridad – especialmente en la era covid –, y la protección del medio ambiente. Tres son las líneas de trabajo por las que apuesta la industria alimentaria: eliminar allí donde su uso no sea imprescindible, reducir mediante estrategias de ecodiseño y sustituir por alternativas más sostenibles a medida que éstas ofrezcan funcionalidades apropiadas.
Actualmente, el plástico es la opción más eficiente como envase primario en contacto con el alimento, por ejemplo en líquidos, productos de 4ª y 5ª gama, alimentos preparados y procesados en general. ¿Dónde se puede sustituir total o parcialmente? En alimentos en los que no se usa por conservación sino por higiene -barquetas, bandejas, algunos embolsados…- y en elementos superfluos como cubiertos, utensilios o envases secundarios.
«El plástico ofrece valiosas capacidades funcionales para la conservación de productos alimentarios que no son fáciles de replicar con otros materiales.» Jorge Lorenzo, responsable de Aguas y Envases de CNTA.
Según Ecoembes, el diseño es el responsable del 80% del impacto ambiental de un envase. El Ecodiseño, es una disciplina cuyo objetivo es conseguir que los productos mantengan su funcionalidad reduciendo al máximo su huella ambiental. En el caso de los envases de plástico, supondría trabajar en reducir el sobreenvasado, recalibrar espesores, intentar huir de los formatos multicapa, evitar determinados colores de plástico, como por ejemplo el negro, y tintas, o combinar materiales fácilmente separables, entre otras cosas. Por ejemplo, las botellas de plástico han disminuido su peso en un 32% en los últimos 20 años, acercándose poco apoco a ese concepto de envases sostenibles.
Mejorar el ciclo de reciclado y educar e informar sobre la reducción del uso de plásticos no reciclables son dos acciones clave.
Algunas marcas combinan recipientes de plástico con refuerzos de otros materiales, como cartón, para poder reducir el espesor del envase, manteniendo su formato. De esta forma, además, trasladan al cartón la función de soportar la comunicación del producto y el etiquetado, lo que facilita la reciclabilidad de la parte plástica del envase.
En cuanto nuevos materiales para crear envases sostenibles que reemplacen el plástico, la industria trabaja en el desarrollo de bioplásticos o biopolímeros, que puedan ser biodegradables o compostables. Su estructura es muy similar a la del plástico convencional, aunque con características funcionales todavía no equivalentes. Por ejemplo, su impermeabilidad o su capacidad de termosellado.
Los nuevos biomateriales pueden desarrollarse a partir fuentes vegetales, de origen animal o incluso de fuentes fósiles, siempre que sean biodegradables.
Pueden desarrollarse a partir fuentes vegetales, como la celulosa, el azúcar o los huesos de aceituna; de origen animal, como el calcio de las cáscaras de huevo, o la quitina contenida en crustáceos e insectos; o incluso de fuentes fósiles siempre que sean biodegradables. “Se trata de investigaciones prometedoras, que todavía deben resolver algunos retos, como el contacto directo con el alimento, que multiplica los controles sanitarios y ralentiza su desarrollo y puesta en circulación. No menos importante es la necesidad eliminar la confusión sobre la forma correcta de eliminar estos residuos, y ayudar al usuario para que le resulte fácil e intuitivo”, explica Jorge Lorenzo. Este escenario representa todo un reto, no deja de suponer también una interesante oportunidad de innovación y generación de oportunidades de negocio en el ámbito de la revalorización de productos y la circularidad.
Así lo está entendiendo la industria, con apuestas cada vez más decididas por nuevos biomateriales y nuevas “familias” de plástico como el R-PET (reciclable y reciclado), cuyo uso se ha extendido de forma notable en el último año para desarrollar envases sostenibles.
Alternativas a partir de madera, bambú y aprovechando la composición polimérica de ciertos vegetales destacan entre los nuevos biomateriales; también las barquetas aluminizadas.
Cafés Novell ha desarrollado cápsulas de café compostables compatibles con Nespresso, que comercializa en envases de cartón 100% reciclables. Naifactory Lab ha creado ‘reolivar’, una suerte de bioplástico compostable, fácilmente moldeable a bajas temperaturas. Feltwood utiliza productos de desecho de plantas agrícolas que revaloriza convirtiéndolo en material industrial ecológico como alternativa al plástico, mientras que la startup catalana de ecodiseño Oimo ha desarrollado una gama de biomateriales compatibles con la maquinaria plástica clásica. Por su parte, la startup de biotecnología Venvirotech utiliza bacterias para transformar desechos orgánicos en el bioplástico polihidroxialcanoato (PHA): biodegradable, no tóxico y seguro para las personas. Y todo esto, sin salir de España. CNTA participa en el Proyecto Europeo BIOBARR, que busca obtener un film bioplástico de alta conservación.
Para fomentar el conocimiento de estas alternativas en la industria alimentaria, el propio CNTA prepara una Guía del Bioplástico, que recogerá los principales materiales y casos de uso en el sector.
La industria alimentaria va sumando también buenas prácticas para reducir el impacto ambiental de los envases de plástico. Es el caso de Vicky Foods y su estrategia de envasado para Dulcesol a partir de un material que se degrada como un residuo orgánico, o el de Nestlé y su eliminación de la icónica bandeja dorada de sus Cajas Rojas para mejorar su sostenibilidad.
En cualquier caso, tanto las estrategias de eliminación, como el ecodiseño o el uso de bioplásticos ha de garantizar la funcionalidad del producto y ha de combinarse con una mejora en los sistemas de reciclado que permitan recuperar y reutilizar una mayor cantidad de plástico y evite que acaben en nuestra tierra y nuestros mares.
1 ‘Seis maneras de afrontar el rompecabezas de los plásticos en el sector alimentario’, por ING, 2019
2 #Plastívoros. La verdad sobre el ingrediente más tóxico de nuestra alimentación’, por Amigos de la Tierra y Justicia Alimentaria
3 #Plastívoros. La verdad sobre el ingrediente más tóxico de nuestra alimentación’, por Amigos de la Tierra y Justicia Alimentaria
En el programa, dividido en tres fases, han participado 20 startups. Las conclusiones se han…
Más de 50 solicitudes recibió CNTA en 2024 para participar en Food (Tech)2 Challengers, pero…
El potencial de una fórmula que permite acceder a soluciones innovadoras en fases tempranas y…
Future Food-Tech London abordó en un panel de expertos los riesgos, retos y oportunidades de…
La industria clama por la inversión pública mientras lucha por reducir costes de producción y…
La UE importa el 70% de sus cultivos ricos en proteínas y el 85% de…
Esta web usa cookies.