Hace algún tiempo tuve la oportunidad de conversar con dos mujeres referentes en el sector, María Naranjo, directora de la Industria Alimentaria ICEX, y con Begoña Pérez Villarreal, directora de EIT Food Sur Europa sobre la oportunidad que supone el desarrollo de la indutria plant based en nuestro país. Fue en el curso de Veggie2Business, el primer encuentro específicamente dedicado a esta categoría, y aunque hemos cambiado de estación, no quería dejar de compartir algunas de las ideas que surgieron en este diálogo a tres bandas y que dibujan los perfiles de este nuevo escenario. Un modelo de alimentario tradicional, que busca la forma y el hueco para compatibilizar los nuevos productos, que comienza a invertir quizá buscando no perder el tren del que tiran otros ecosistemas. Una la Administración, que tiene el reto de conocer las necesidades, engrasar las vías y facilitar la colaboración y las oportunidades de negocio para todos. Y un país, con su industria primaria incluida, que está ante la oportunidad de evolucionar como potencia alimentaria hacia potencia food tech. El desafío de desarrollar el ecosistema plant-based es grande.
Hablar de ecosistema plant-based en España es hacerlo de una cadena de valor realmente amplia. A startups e inversores se suman aceleradoras, centros de investigación, universidades, la propia industria alimentaria en todos sus eslabones y diferentes instituciones que actúan como mediadoras, uniendo los puntos para que el ecosistema se interconecte entre sí y con el resto de la industria food tech.
«El ecosistema plant-based es muy complejo y es esencial que esté interconectado con el resto de comunidades food tech.» María Naranjo, Directora de la Industria Alimentaria ICEX.
Es ‘el triángulo del conocimiento’, como lo definen en EIT Food: educación, innovación y mercado. Es decir, universidades, centros tecnológicos y empresas. Con especial protagonismo de las startups, pieza necesaria para acelerar la innovación en la industria agroalimentaria. De que cada actor entienda e interprete su papel depende que nos convirtamos o no en potencia mundial en innovación asociada al plant-based.
También de la colaboración público-privada, absolutamente necesaria para impulsar el desarrollo del ecosistema y uno de los ejes de trabajo de los PERTES (Planes de Recuperación) asociados a los esperados fondos Next Generation.
Desde el extranjero ya se percibe el potencial de nuestro ecosistema: empresas de Silicon Valley se están estableciendo en España para aprovecharlo.
Desde atraer inversión y talento hasta atraer y exportar innovación a otros mercados, pasando por el desarrollo de un marco adecuado para impulsar el emprendimiento innovador (lo que encaja con la Estrategia España Nación Emprendedora) o la capacidad de crear productos con marca relevante que apoyen a la Marca España, el desarrollo del ecosistema plant-based en España es fuente de oportunidades.
Un tren que nos lleva a convertirnos en potencia en innovación y que, siendo como somos potencia alimentaria, no podemos perder.
Otras oportunidades que plantea el desarrollo del plant-based en España y la sinergia con nuestra industria agroalimentaria son:
La llegada de los fondos Next Generation contribuirá a hacer posible la consolidación de estas oportunidades, con uno de los PERTES destinado específicamente a la industria agroalimentaria y con especial foco en su internacionalización. En este sentido, uno de los principales retos de la administración es conocer exactamente cuáles son las necesidades de las empresas plant-based y en general del sector food tech, con el objetivo de detectar las mejores opciones en el escenario internacional.
«Necesitamos ayuda para escalar y para entender el mercado.» Begoña Pérez Villarreal, Directora de EIT Food Sur Europa.
También la inversión privada es uno de los puntos diferenciales de nuestro país para convertirse en hub de innovación food tech asociado al plant-based: la aparición de fondos de inversión especializados – en las últimas semanas se han sumado dos grandes iniciativas – impulsa su desarrollo.
«La industria alimentaria tiene que saber que, si no coge este tren, lo va a perder, como nos pasó hace 20 años con la industria del automóvil.» María Naranjo, ICEX.
Para apoyar este objetivo país, el programa Desafía, desarrollado por el ICEX, facilita a las pequeñas empresas españolas su entrada en los ecosistemas tecnológicos más innovadores del mundo, mediante asesoramiento, acompañamiento y conexión con agentes clave; Desafía es, además, una comunidad de emprendedores, mentores y empresas consolidadas.
Por otro lado, Invest in Spain promueve la inversión extranjera directa en España, con foco específico en la industria alimentaria. Además, ICEX cuenta con el portal Foods & Wines from Spain, con un apartado dedicado a poner en valor las empresas food tech españolas y que ha publicado el primer informe sobre el sector food tech español; actualmente están preparando el primer informe sobre plant-based, que se presentará en 2022.
«Queremos seguir siendo la huerta de Europa, también en el concepto plant-based.» Begoña Pérez Villarreal, EIT Food Sur Europa.
EIT Food, por su parte, cuenta con un potente programa de Matchmaking que contribuye al objetivo de conectar a los diferentes actores del ecosistema plant-based para que las iniciativas de desarrollo e innovación puedan llegar a término. Además, el programa EWA impulsa el empoderamiento de la mujer en el medio agroalimentario.
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