Una nueva edición de Challengers, ha recalado en Barcelona, en esta ocasión en el espacio del Pueblo Español. Challengers, va de startups, va de tech, va de innovación, y va de cambiar el mundo. El espíritu de la organización –formada por emprendedores- pretende mostrar iniciativas disruptivas que están desafiando los paradigmas establecidos, más que aquellas que ya son campeonas en su campo y tienen una posición consolidada. Este año, junto a temas como Humanidad, el Futuro del Transporte o Interacción, Challengers ha incluido un segmento completo dedicado al Futuro de la Alimentación.
«Es un tema que va bastante ligado con el flow del evento. Además todo el track de FoodTech lleva generando mucho ruido desde hace ya unos años y los retos que se plantean en un futuro no muy lejano –como el incremento de la población o cómo alimentar al 50% de la misma- son realmente interesantes”, explica Dado Díez, co-fundador de Challengers.
En esta ocasión, los temas a tratar en el ámbito del Futuro de la Alimentación se han centrado en los insectos como fuentes de proteínas alternativas, la preocupación por el capital genético de los cultivos o cómo evitar el desperdicio de comida. “Soy de la opinión de que hay que buscar alternativas, pero también de que hay que educar al consumidor. Mucha gente vive bajo el lema “soy lo que como”, hay que hacerles ver que esta en los nutrientes y no en el aspecto. Donde si que hay que actuar es en la cantidad de comida que desechamos a lo largo del día.. es verdaderamente surrealista que 1/3 de la población se muera de hambre y que se tire tanta comida», subraya Díez.
Entre los ponentes destacados, Marie Haga, con una larga carrera diplomática a sus espaldas y actualmente Directora Ejecutiva de Global Crop Diversity Trust, la única organización del mundo encargada de salvaguardar y mantener disponible un banco de semillas que recoge la diversidad genética de nuestros cultivos.
Pero no son los únicas tendencias que vislumbra el responsable de estrategia de Challengers, “conforme el conocimiento aumente y se investigue más en las interacciones de los compuesto en los alimentos con el genoma humano, creo que el reto de los alimentos de diseño o nutrición personalizada puede ser ese challenge o reto. El darle a nuestro cuerpo lo que realmente necesite con un base científica y con datos. La agricultura celular, cómo generar alimentos sin ejercer ningún daño al medio ambiente, cultivos urbanos… Son retos que me parecen apasionantes. Aunque a mí me gustaría ver una paso mas allá, cultivar de forma acelerada en tu propia casa.” Quizá sea la pista de por dónde irán los tiros en cuanto a alimentación en la próxima edición de Challengers.
TechFood Magazine ha tenido oportunidad de intercambiar impresiones con algunos de los participantes como Saasha Celestial-One de Olio, Leslie Ziegler de Bitty Foods y la propia Marie Haga. A continuación, os ofrecemos una aproximación a algunas de las compañías que han pasado por Barcelona.
Un banco con las semillas que nos darán de comer hoy y mañana
El Crop Trust fue creado por el CGIAR y la FAO en 2004 para ayudar a construir un sistema que conservara la diversidad de cultivos a nivel mundial de forma racional y asumible. “Nuestro objetivo en Crop Trust – explica Marie Haga- es proteger el mantenimiento de bancos genéticos y asegurarnos de que ese material no solo está protegido sino también accesible y disponible bajo la protección de un tratado internacional. Tenemos grandes retos en relación con la alimentación en los próximos años, y las plantas de cualquier parte del globo pueden tener la respuesta para afrontar esos desafíos. Hay muchos pasos entre un banco de semillas y nuestra mesa. Pero lo que me gustaría mostrar es que lo que hace Crop Trust es proteger nuestra comida y lo que ponemos en nuestra mesa, hoy y mañana.” (No te pierdas la conversación completa con Marie Haga.)
OLIO. Food Sharing con presencia en 33 países
Por más que conocidas, las cifras no dejan de poner los pelos de punta. El 40% de la comida que se produce en el mundo, termina en la basura. El valor de esta comida alcanza 1 Billón de dólares. En EEUU, supone el 1’3% de su PIB. En éste país así como en Gran Bretaña, la mitad de este desperdicio se produce en los hogares. Según Saasha Celestial-One fundadora de Olio, esto es un fallo masivo del mercado. Sin embargo, el lado positivo es que es también una importante oportunidad de negocio.
OLIO es una aplicación que conecta vecinos, comercios y cafés locales entre sí para compartir los excedentes de comida y evitar que vayan a la basura. Nació como un piloto en el norte de Londres y tras seis meses de pruebas, en enero se abrió al público en general.
¿Cómo se está usando la aplicación hasta la fecha? ¿Cuáles son los casos más frecuentes?
Hay una gran variedad de ejemplos, desde sobras de un catering o una fiesta hasta personas que empiezan una dieta o que no les gusta un alimento, o comercios que tienen productos a punto de caducar. Lo cierto es que desde enero hemos tenido más de 50.000 descargas y los vecinos han compartido más de 30.000 productos.
¿Hay negocio en el desperdicio?
Estamos convencidos de que hay una oportunidad de negocio muy atractiva en reducir el desperdicio. La comida que tiramos tiene un valor un billón de dólares, para ponerlo en perspectiva, equivale al 1’3% del PIB de EEUU. En mi opinión es un problema de comunicación. Si tienes unas chocolatinas que no vas a consumir –y el chocolate es el segundo artículo más popular en OLIO- es probable que a tu alrededor haya alguien que lo quiera. Simplemente no lo sabes.
¿En qué momento se encuentra ahora OLIO?
OLIO cerró su primera ronda semilla con Accel Partners en Octubre de 2015, lo que nos permitió mejorar el desarrollo de la aplicación, incorporar a nuestro equipo. Ahora estamos en una ronda pre-Series buscando inversores estratégicos con capital paciente y que crean en nuestra misión. Nuestros siguientes pasos serán consolidar nuestra base de voluntarios (de momento 2.300) y aprovecharla para crecer exponencialmente.
Bitty Foods, galletas y snacks a base de grillos
Según Naciones Unidas, si los insectos se incorporaran a la dieta mayoritaria en el mundo, se reducirían los gases de efecto invernadero un 18% y el coste global de la comida se reduciría un 33%. Estos son los datos que inspiraron a Leslie Ziegler y Megan Miller para fundar Bitty Foods, una compañía que produce y comercializa alimentos–principalmente galletas- con fabricados harina de grillo.
“Actualmente hay unas 2.000 especies de insectos comestibles, pero creemos que los grillos son un una opción perfecta por su alto valor nutricional y sus cualidades organolépticas y textura. Además, los grillos ya se crían de forma comercial en EEUU, así que hay un corpus de conocimiento e infraestructuras de cría disponibles.” Así explica Leslie Ziegler su decisión de optar por este tipo de insecto para fabricar su gama de galletas, chips y la harina de uso doméstico.
Unos productos que han recibido varios reconocimientos al ser seleccionados como una de las 5 Tendencias Top de 2016 en el Fancy Food Show, o como finalistas al Mejor Snack en ExpoWest. Su ambición va más allá de formar parte de un movimiento que ayude a equilibrar el suministro de alimentos a nivel global, también tienen sus miras en la alta gastronomía. “Nos encantaría ver a chefs como Renee Redzepi de Noma, incluir insectos en su menú.”