Toda la industria de la carne cultivada se ha asentado sobre unos cimientos en difícil equilibrio: Un tipo de producto que no tenía aprobación regulatoria para comercializarse y la esperanza en que esa situación cambiara en un plazo razonablemente cercano. Hasta ahora. Podría pensarse que ese momento ha llegado cuando el Departamento de Estado de Agricultura (USDA) autorizó la venta de carne cultivada por Upside Foods y Good Meat. Ambas empresas habían recibido previamente la autorización de la FDA.
La decisión del regulador es un gran logro para las estas y otras startups que se encuentran recorriendo un camino similar, y sus patrocinadores, entre ellos algunos de los inversores más activos en foodtech y climate tech. Y cabría esperar que suponga una baza de optimismo para la startups que han visto como la financiación se había puesto realmente cuesta arriba en los últimos trimestres.
«La financiación de compañías de carne cultivada se ha visto asfixiada, en parte debido a las trabas normativas», afirma Alex Frederick, analista de PitchBook. Este año, hasta el 23 de junio, las startups cell-based habían recaudado 416 millones de dólares en 18 operaciones en todo el mundo, frente a los más de 1.000 millones de la primera mitad de 2022.
En general, a las empresas de foodtech les ha ido mal en este entorno en el que se ha ralentizado notablemente el cierre de operaciones. De hecho, en el primer trimestre, alcanzaron sus niveles de financiación más bajos desde 2017, según el informe Foodtech Q1 2022 de PitchBook.
Después de Singapur, Estados Unidos es el segundo país en aprobar la venta de carne cultivada. Una decisión que se espera allane el camino para decisiones similares de otros países, según Frederick. Una parte importante de la propuesta de valor de la carne cultivada en laboratorio es que debería reducir la inmensa huella de carbono de la industria tradicional de la carne animal.
A pesar de que todavía tienen un largo camino hacia la rentabilidad, las empresas de carne cultivada han conseguido cerrar importantes acuerdos: La serie C de 400 millones de dólares de Upside Foods, liderada por Temasek y el Fondo de Crecimiento de Abu Dhabi, catapultó a la empresa a la categoría de unicornio el año pasado. Upside, junto con Eat Just y Believer (antes Future Meat), han anunciado acuerdos con restaurantes en previsión de la decisión del USDA. Por ejemplo, Eat Just se ha asociado con el famoso chef José Andrés, que ha aceptado vender pollo cultivado en uno de sus restaurantes.
Sin embargo, el optimismo no puede ser absoluto, ya que el regulatorio era solo uno de los desafíos a resolver en esta compleja industria. Por una parte, el cultivo a escala comercial no es sencillo. Dos años después de que Singapur aprobara la comercialización de carne cultivada, la producción masiva aún no ha comenzado.La I+D y las instalaciones de laboratorio no son baratas y requieren fuertes inversiones, en un entorno complicado como el descrito.
Por otra parte, ahora se abre el melón de la respuesta de los incumbentes. Las grandes empresas agrícolas, apunta el análisis de Pithbook, tienen interés en evitar que las empresas de carne cultivada en laboratorio desplacen a la industria cárnica tradicional. Algunos incluso temen una campaña de desprestigio por su parte.
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