Blockchain se ha asociado desde sus inicios al mundo de los servicios financieros. Sin embargo, cada vez más se está viendo su potencial impacto en otras industrias, la cadena de suministro de alimentación es una de ellas.
En agosto de este año, diez de las mayores compañías de alimentación del mundo se asociaron con IBM para integrar blockchain en sus cadenas de suministro. El objetivo, mejorar la visibilidad y la trazabilidad de la cadena de suministro. Este grupo – Walmart, Nestlé, Unilever, McCormick, Tyson, Kroger, McLane, Driscoll’s, Dole y Golden State Foods– representan más de medio billón de dólares en ventas globales agregadas.
La cadena de suministro global es compleja. En ella participan los agricultores, los sistemas de almacenamiento, las compañías de transporte, los distribuidores y los minoristas. Tantas partes involucradas significa el uso de múltiples y variados sistemas de registro, desde hojas excels hasta correos electrónicos o incluso formularios en papel.
Este sistema no solo es ineficiente, sino poco preciso. Cuando se adquiere un producto, una lechuga, por ejemplo, la marca que aparece en la etiqueta probablemente no tenga la menor idea de la granja de la que procede esa verdura. Lo que significa, que tampoco la marca sabría muy bien cómo reaccionar en caso de que haya un problema.
Y en el caso de los alimentos, a veces, las cosas pueden ponerse muy feas. Si no, recordemos el caso las intoxicaciones producidas en Alemania en 2011, -56 muertes por E.Coli- injustamente achacadas por la responsable de Sanidad de Hamburgo a pepinos españoles. En 24h se paralizaron contratos de exportación para la mayor parte de las hortalizas españolas, con unas pérdidas millonarias.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades CDC, cada año se producen en EEUU 48 millones de casos de enfermedades producidas por contaminación de alimentos, 128.000 hospitalizaciones y 3.000 muertes. En Europa, según datos de la SEEN,son 40.000 las intoxicaciones alimentarias y 3.300 las hospitalizaciones. En España, la cifra de afectados solo por salmonelosis se ha doblado en los últimos cuatro años, de 4.200 casos en 2012 a 9.800 en 2016.
Cuando aparece una contaminación en un sistema cuyos registros no son claros, las compañías pueden tardar días o incluso semanas en rastrear la fuente de la infección y retirar los productos afectados.
Por ejemplo, los citados pepinos, o en EEUU en 2006 tres personas murieron y cerca de 200 cayeron enfermas tras comer espinacas contaminadas con E.Coli. Como la FDA no fue capaz de identificar qué bolsas tenían el problema, directamente emitió una recomendación de no consumir ese producto. Las pérdidas para la industria de la alimentación fueron de $74 millones.
Blockchain actúa como un registro público descentralizado. Este sistema, proporciona una fuente de datos unificada y única y crea un registro de transacciones más claro y consistente a lo largo de toda la cadena.
Al usar blockchain, las compañías de alimentación pueden trazar fácilmente el origen de cualquier brote. De esta forma, se aumentan la seguridad de los consumidores y se limitan las pérdidas, ya que solo se retiran los productos afectados.
Los sistemas de trazado y seguimiento pueden ser diferentes. Por ejemplo, es posible incorporar etiquetas conectadas a los cargamentos, de forma que cada uno disponga de un número único de identificación. Estos IDs, pueden informar del origen del producto, forma de procesado, temperatura de almacenamiento, fechas de caducidad y otros datos. En cada etapa de la cadena de suministro, los operarios simplemente tienen que registrar ese ID, y blockchain almacenará de forma segura cada una de las transacciones o pasos que el producto atraviesa.
Con blockchain puedes obtener toda la información de un producto en
3 segundos
De esta forma, incluso es posible comprobar los datos de un producto y su historia en tiempo real. Una importante ventaja frente a los métodos tradicionales que requieren solicitudes de información a diversas fuentes, envío de documentación, etc.
Walmart, uno de los retailers más importantes de EEUU, ha sido pionero en el uso de blockchain. En 2016 puso en marcha un proyecto piloto junto con IBM, para controlar los envíos de cerdo en China, un terreno potencialmente peligroso en el ámbito de la seguridad alimentaria. Yum Brands, por ejemplo, terminó vendiendo su negocio en este país en 2015 después de que una de sus marcas, KFC, se viera afectada por varios escándalos alimentarios.
Walmart, ha considerado este piloto como un auténtico éxito. En su reunión de inversores de 2017, el VP de Seguridad Alimentaria de la cadena, Frank Yiannas, explicaba cómo, gracias a blockchain, podía obtener toda la información de un producto en menos de tres segundos, cuando tradicionalmente habría tardado cerca de una semana. Tras este resultado, la compañía está extendiendo el piloto a otros productos.
Además de grandes proveedores tecnológicos como IBM, numerosas starutups están apostando también por ofrecer servicios a la industria alimentaria basados en blockchain. Por ejemplo:
Provenance, cuyo software de trazabilidad de productos está presente más de 200 empresas de alimentación. Provenance trabaja con los comercios minoristas para que puedan ofrecer a sus clientes información de los productos. También con compañías de marisco para destacar el tratamiento adecuado de sus trabajadores. Este mismo 12 de diciembre ha anunciado un acuerdo con Unilever, Sainsbury’s y otras empresas para trazar la sostenibilidad social y la eficiencia financiera de sus cadenas de suministro.
Arc-Net se ha asociado acon PwC en Holanda para combatir el fraude alimentario (sustitución intencionada, productos añadidos, alteraciones, malas interpretaciones, en los alimentos, los ingredientes o el etiquetado). Un problema que según PwC tiene un coste de $40.000 millones cada año.
Mercatrace, en España, está poniendo en marcha una plataforma para ofrecer trazabilidad de los productos desde su procedencia, manipulado, transporte hasta las manos del consumidor. En 2017 ha obtenido una ronda de 86.000€ a través de la Bolsa Social.
Otras startups se centran en ayudar a los pequeños agricultores a mejorar la trazabilidad de sus productos.
Bart.Digitalagr, brasileña que proporciona documentación financiera segura para pequeños productores. Agriledger, de UK, dedicada a generar contratos comerciales seguros. BestBext360, de EEUU, centrada en el comercio justo de café.
Estas startups afrontan un reto doble. Primero, deben convencer a grandes compañías globales para que adapten nuevas tecnologías y alteren sus arraigados procesos en la cadena de suministro.
Segundo, deben afrontar la competencia cada vez mayor de los gigantes tecnológicos, (como IBM), que probablemente ya sean proveedores de esas grandes compañías en otras áreas.
Blockchain es una tecnología relativamente nueva, y las compañías pueden ver todavía un riesgo lanzarse a una adopción masiva. Pero si las plataformas de blockchain continuan evolucionando pueden ser realmente una fórmula adecuada para que las empresas de alimentación y logística sean capaces de ahorrar tiempo y dinero al simplificar y mejorar la calidad de los registros de su cadena de suministro. Otros de sus beneficios es que podrán atraer clientes preocupados por la transparencia, y estrechar las relaciones entre productores y comercializadores de alimentos en todo el mundo.
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