Nueve startups de fermentación de precisión se han unido para crear una nueva asociación: la Precision Fermentation Alliance (PFA), cuya misión será promover la comprensión de la tecnología de fermentación de precisión, desarrollar mejores prácticas para el cumplimiento de la normativa y desbloquear financiación pública y asociaciones público-privadas para acelerar el crecimiento de la industria. Las startups fundadoras son Change Foods, Perfect Day, Remilk, Imagindairy y New Culture; los especialistas en proteínas de huevo sin animales The EVERY Co y Onego Bio; Helaina (bioactivos para lactantes); y Motif FoodWorks (mioglobina para sustitutos de la carne).
Aunque ya existen asociaciones industriales en el ámbito de la biotecnología y la biología sintética, los responsables de la Precision Fermented Alliance sienten la necesidad de contar con un grupo mundial dedicado específicamente a la fermentación de precisión en el ámbito de la industria alimentaria . La PFA pretende reunir a un amplio abanico de participantes, entre ellos investigadores académicos, empresarios, fabricantes de alimentos, responsables políticos y otros, para ayudar a configurar el futuro del sector.
«Todos los miembros fundadores son empresas de tecnología de fermentación de precisión. Pero queremos incluir a un grupo diverso de partes interesadas, incluidos proveedores de servicios, marcas que utilizan ingredientes elaborados con fermentación de precisión y otras personas que apoyan a esta industria», explicaba a AgFunder News la vice-presidenta de la alianza, Irina Gerry (CMO de Change Foods. Las empresas que fabrican enzimas u otros aditivos incidentales utilizados como auxiliares tecnológicos quedarían fuera de su ámbito.
El reto del escalado
Las startups se enfrentan a importantes retos a la hora de escalar, debido a la escasez de instalaciones adecuadas. Por ello, la PFA trabajará para involucrar a las administraciones públicas y lograr que apoyen la biomanufactura, dado su potencial para ayudar a cumplir los objetivos de sostenibilidad y crear puestos de trabajo. En este sentido, la ALP pretende colaborar con reguladores y responsables políticos para garantizar que el sector esté representado en las conversaciones sobre capacidad y financiación, afirmó Briggs, citando la reciente Iniciativa Nacional de Biotecnología y Biofabricación del gobierno estadounidense.
Cuestión de nombre, educación y evidencia científica
Entre los retos señalados por la Precision Fermentation Allianza, destaca la cuestión de la nomenclatura, por ejemplo, hay empresas que están haciendo proteínas animales «sin animales». También consideran necesarias conversaciones más matizadas sobre el etiquetado de OMG y el uso del término vegano. La PFA está desarrollando recomendaciones de nomenclatura que también encajen dentro de los marcos normativos existentes.
Otro de los aspectos importantes que persigue la PFA es garantizar que las decisiones regulatorias se toman con base científica, teniendo e cuenta que alimentos con ingredientes elaborados mediante fermentación de precisión, como vitaminas, enzimas y aromas naturales, “llevan décadas en el mercado sin hacer mucho ruido”.
«Una de las principales razones por las que nos reunimos fue para compartir conocimientos. Somos una empresa [Perfect Day] que lleva nueve años en esto, con el estatus GRAS (Generally recognized as Safe) y productos en el mercado. Pero otros están empezando».
Irina Gerry considera que «Para inaugurar esta nueva era en la alimentación se requiere una comunicación clara, una política meditada, una regulación coherente y la participación de las partes interesadas, algo que esta alianza está en condiciones de hacer».
Qué es la fermentación de precisión
La fermentación de precisión utiliza microbios como levaduras, hongos, bacterias y algas modificados genéticamente para producir ingredientes de forma más sostenible, eficiente o ética que con animales, productos derivados del petróleo o la agricultura tradicional.
Esta tecnología se utiliza desde hace muchos años para fabricar insulina, ácido cítrico y enzimas como la quimosina (cuajo), una ayuda para el proceso de fabricación del queso que históricamente se obtenía de estómagos de terneros, pero que ahora se fabrica de forma rutinaria mediante microbios modificados genéticamente.
Sin embargo, los avances en biología sintética, que permiten leer (secuenciar) y escribir (sintetizar) rápidamente el ADN, han impulsado en los últimos años una avalancha de nuevas empresas que producen desde edulcorantes, aromas y colorantes hasta proteínas lácteas, de huevo y de colágeno «sin animales», pasando por componentes de alto valor que se encuentran en la leche materna humana para mejorar la nutrición de los preparados para lactantes.
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